Partimos de la base que un deportista es una persona con unas necesidades nutricionales diferentes a un sujeto sedentario. Pero después de realizar esta afirmación, tenemos que aclarar que ni todos los deportistas son iguales ni todos los deportes tienen las mismas exigencias.
Las diferencias calóricas entre distintas especialidades deportivas son demasiado grandes para ser obviadas y englobadas en el mismo capítulo de alimentación para un deportista. Un adolescente que practique natacion puede doblar en consumo calórico medio a un adolescente que practique futbol, por poner un ejemplo.
Aun así, las grandes diferencias a la hora de practicar una dieta a un deportista la imponen, no el deporte ni las horas de práctica sino la propia genética del deportista. Dentro del deporte al igual que en la vida sedentaria existen muchos deportistas en constante lucha con la báscula, aunque su consumo de calorías sea el doble incluso el triple que el de una persona inactiva.
Si una persona pasiva ingiere 1800 calorías al día y quema 1500, terminara engordando irremediablemente. En distintas cantidades pero con el mismo resultado le puede pasar a un deportista que ingiera 3000 calorías y consuma 2700, aunque haciendo deporte gaste 1200 calorías mas al día que la persona inactiva, terminara cogiendo peso de la misma manera.
Muchos nadadores en general pueden llegar a consumir 4000 calorías.
Proponer dietas para distintos deportes de forma general es un acto muy atrevido y sobre todo ineficiente, solo con el estudio personal del sujeto se puede llegar a estructurar una dieta especifica, no para el deporte, sino para el deportista.
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